Maccabi Tel-Aviv

  • 21-10-5
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SOCCER

    Milan se llevó un valioso empate ante Man. United

    (EFE) - Un gol de cabeza del central danés Simon Kjaer en el tiempo de prolongación permitió al Milan sumar un valioso empate (1-1) en su visita al Manchester United, en un encuentro de ida de los octavos de final de la Europa League en el que el conjunto italiano vio premiada su mayor ambición. Ni las importantes bajas con las que afrontó la cita el conjunto italiano, que no pudo contar con piezas básicas como el sueco Zlatan Ibrahimovic, el francés Theo Hernández o los croatas Ante Rebic y Mario Mandzukic, impidieron al Milan ser el primero en llevar peligro al área rival. De hecho, los de Stefano Pioli llegaron a marcar hasta dos tantos en los primeros once minutos de juego, aunque ninguno de ellos llegó a subir al marcador. Si en el primero el árbitro decretó fuera de juego del delantero portugués Rafael Leao, en el segundo, las imágenes de VAR dejaron claro como el marfileño Franck Kessie se acomodó la pelota con una mano antes de superar al arquero Dean Henderson. Decisiones que no desanimaron al Milan, que siguió sorprendiendo una y otra vez a la contra a un Manchester United, al que de nada le sirvió la mayor posesión de balón que dispuso en los primeros cuarenta y cinco minutos. Ya fuera por medio de balones largos en busca del veloz Leao o de la mano del español Brahim Díaz, que no desaprovechó cada robo de balón de los omnipresentes Kessie y Meite en una contra fulgurante, el Milan buscó una y otra vez el gol. Aunque curiosamente quien más cerca estuvo de lograrlo fue el Manchester, que vio como a los 38 minutos el central Harry Maguire estrelló el balón en el palo, tras un saque de esquina prolongado de cabeza por el portugués Bruno Fernandes. Pero ni aún así se amilanó el cuadro italiano, que acabó la primera parte en el área del conjunto inglés, toda una declaración de intenciones. Como también lo fue el cambio efectuado en el descanso por el técnico del Manchester United, el noruego Ole Gunnar Solskjaer, que no dudó en introducir en el partido al jovencísimo extremo Amad Diallo en sustitución de un gris Anthony Martial. Un cambio que tuvo un efecto inmediato, ya que apenas en el segundo balón que tocó Diallo, el joven futbolista marfileño, de tan sólo 18 años, firmó a los 50 minutos el 1-0 para los Diablos Rojos. Gol que volvió a dejar clara la calidad y visión de juego del portugués Bruno Fernandes, que sirvió un perfecto balón por encima de la zaga milanista para que Diallo superase de cabeza la media salida del portero visitante Gianluigi Donnarumma. Un marcador que lejos de amedrentar al Milan pareció espolear todavía más a los de Stefano Pioli, que se adueñaron de nuevo del encuentro. Sin embargo, la ambición del conjunto italiano careció de la claridad de ideas necesarias para convertir en claras ocasiones de gol las continuas llegadas que protagonizó en la segunda parte. Todo lo contrario que el Manchester United, que de la mano, otra vez, del jovencísimo Diallo a punto estuvo de dar un golpe definitivo a la eliminatoria. Si en el primer tanto del conjunto inglés Daillo se destapó como un inesperado cabeceador, en el 72 el extremo marfileño demostró sus dotes combinativas, en una triangulación en el área con Mason Greenwood, que el delantero inglés culminó con un pase que, incompresiblemente, Daniel James no acertó a convertir en gol. Pero cuando todo parecía perdido para el Milan, los de Pioli encontraron en el descuento el justo premio a su mayor ambición con el tanto del danés Simon Kjaer, que firmó a los 92 minutos el definitivo 1-1 al rematar de cabeza a las redes un tiro de esquina.
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    Milan se llevó un valioso empate ante Man. United
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      La Champions regresa al escenario en medio de una gran expectación

      BARCELONA -- El reto de repetir título, el desafío de reconquistarlo, la necesidad de dar un paso al frente, la presión del entorno, la ilusión de romper los pronósticos… La Champions, 32 equipos y San Siro en la mirada. Barcelona y Real Madrid, PSG y Manchester City, Bayern, Juventus, Manchester United, Atlético, Leverkusen, Benfica, Arsenal, Oporto, Valencia… La melodía más estimada en el futbol comienza este martes con la final de Milán del 28 de mayo de 2016 como objetivo de un puñado de clubs vestidos como favoritos y aspirantes, necesitados de cumplir el pronóstico en una fase de grupos menos exigente que en otras ocasiones en la mayoría de grupos, que no en todos. La Liga española se presenta una temporada más como la mejor representada en el torneo. No solo por la presencia de cinco clubs gracias a la conquista de la Europa League por parte del Sevilla, sino porque en los dos últimos años ganaron el título Real Madrid y Barcelona, acompañando el Atlético en la final de 2014. El equipo de Luis Enrique, que debuta en la legendaria Roma visitando a un equipo al que venció cómodamente hace un mes en el trofeo Gamper, parte con el reto de ser el primer campeón que defiende con éxito la corona desde que existe la Champions League. Y suceder en este éxito al legendario Milan de Arrigo Sacchi, vencedor en 1989 y 1990 para ser el último en repetir. Para acabar con la maldición del campeón deberá, antes de todo, concretar su superioridad en un grupo que le emparejó, además de con la Roma, con el Bayer Leverkusen que hace cuatro años facilitó el record goleador de Messi (cinco dianas en un partido) y el BATE Borisov, convidado de piedra en buena lógica. Las apuestas presentan a Real Madrid y Bayern Múnich como los mayores rivales para el Barcelona. A la presión siempre presente en el Bernabéu se suma en Múnich la que siente Guardiola en su tercer y, para muchos, último curso al frente del campeón bávaro, que le fichó para igualar, por lo menos, a Heynckes y que se estrelló ante los dos gigantes españoles en los dos años precedentes. El primer tramo de la competición se presenta vital para Cristiano Ronaldo en su mínima esperanza de conquistar el Balón de Oro por encima de Leo Messi. El portugués, máximo anotador del torneo con 78 goles, (uno más que el argentino) dirigirá el favoritismo del Madrid por encima del PSG de Laurent Blanc, necesitado de dar ese paso al frente que le exige el multimillonario presupuesto que rige el proyecto qatarí. Con todo, y tras los mayores nombres entre los que se debería colocar al Manchester City, emerge en general la necesidad de Inglaterra de recuperar el mando perdido desde que el Chelsea logró en 2012 el último trofeo de un club de la Premier, que en los diez últimos años apenas ha levantado dos veces el título. El Manchester United vuelve tras la ausencia del pasado ejercicio, extrañamente apartado de los favoritos y con Van Gaal expresando un temor exagerado ante PSV, frente a quien debutará mañana, Wolfsburgo y CSKA Moscú para lograr el pase a octavos. Después de invertir 335 millones de euros en fichajes desde el verano de 2014 se entiende grotesco que el entrenador de los diablos rojos se equipare ante tres rivales que, sumados, no han alcanzado los 134 millones en fichajes en el mismo periodo. Menos excusas se le contemplan al City de Manuel Pellegrini, por mucho que el sorteo fue especialmente duro en su caso. Tanto como en el de Juventus, Sevilla y Borussia Mönchengladbach, con quienes compartirá el llamado, con razón, grupo de la muerte. “No perder puntos en casa será importantísimo” aseguró Allegri, el entrenador de una Juve necesitada de cambiar la depresión de la Serie A por la alegría en Europa… Y que mañana inicia camino en Manchester con un partido, de entrada, explosivo. Tanta presión se le observa al City como al Chelsea, no por el club, que logró el sueño en 2012, sino por José Mourinho, campeón con Oporto e Inter, pero que persigue desde su primera etapa ese objetivo con los blues de Stamford Bridge para poder proclamarse el primer entrenador en lograr el título con tres clubs distintos. De entrada al equipo londinense se le adivina una fase de grupos más calmada, junto a su ex Oporto y por encima de Dinamo Kiev y Maccabi Tel Aviv. Similar presentación se le entenderá al cuarto representante ingles, el Arsenal que al cabo de diez años buscaría esa final que perdió en París. Los gunners de Wenger comienzan luchando con el Bayern que les eliminó consecutivamente en 2013 y 2014 en los octavos, fase en la que también cayó en 2015 ante el Mónaco, 2012 frente al Milan o 2011 contra el Barcelona. La Bundesliga presenta como candidato innegociable al Bayern de Pep Guardiola, arrodillado de mala manera en las dos campañas precedentes por el campeón de turno y al que se le exigirá llegar a la final sin excusas. Bayer Leverkusen, Wolfsburgo y, por encima de todo, Borussia Mönchengladbach sufrirán una fase de grupos de alto riesgo, demasiado como para, de entrada, presentarles como candidatos. Ellos podrían darse a concer con el papel de outsiders, tal como Valencia y Atlético, subcampeones en dos ocasiones, o los portugueses Benfica y Oporto, que con Casillas en la portería aspira a mejorar las prestaciones de los últimos años. Como el PSV, Olympique de Lyon, Galatasaray, Olympiakos, Zenit, CSKA o Shakhtar…Aspirantes a hacerse ver por encima de lo que la lógica indicaría de entrada. Por debajo quedan los invitados a la fiesta, aquellos que deberían pasar de puntillas y que en más de una ocasión han dado que hablar por un descaro que les convirtió en protagonistas. Ocurrió en años pasados con APOEL o Basilea, ausentes en esta edición que tiene en el regreso del Maccabi israelí o el debut del Astana de Kazajistán a los mayores protagonistas. Nada se espera de ellos como tampoco del Malmoe sueco, subcampeón en 1979, del Gent belga, el Dinamo Zagreb croata o el BATE bielorruso. Clubs necesarios para completar la nómina de participantes en una Champions que echará en falta tanto al Ajax (ausente por primera vez después de seis años) como al Celtic o el Mónaco, Borussia Dortmund, Fenerbahçe o Brujas. Y, por supuesto, a Inter o Milan. Por segunda temporada consecutiva la final se disputará en una ciudad sin representante en la competición, algo que no ocurría desde 2006, cuando el PSG aún no estaba en la nómina de la aristocracia futbolística. Que no participase el Hertha de Berlín el pasado año podía considerarse tan lógico como ilógico se contempla la ausencia, a la vez, de Milan e Inter, que suman 10 títulos y 16 finales entre ambos y que siguen apartados del plano.
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      • Jordi Blanco | Corresponsal

        Las finales más épicas, imposibles y legendarias de la Champions League

        BARCELONA -- Dicen que Inglaterra es la cuna del futbol y quizá sea por ello que en la historia de la Champions tengan que ser, hasta hoy, dos clubs ingleses los que hayan protagonizado las victorias más épicas, imposibles y legendarias del torneo. Lo hicieron el Manchester United en 1999 y el Liverpool en 2005. En Barcelona la imagen no se borra de la mente de quien la viera en directo. Es imposible. Y es cruel. Tanto que incluso los vencedores consolaban a los vencidos, aparcando ni que fuera por un instante la felicidad y la euforia desbordada para dar una palmada al perdedor. Es la final de 1999, la del Camp Nou, la de una remontada que absolutamente nadie pudo imaginar. Es la victoria por antonomasia del Manchester United. Sin tener la mística de 1968 por significar el cierre del duelo tras la tragedia de Múnich, la Champions que los diablos rojos conquistaron en Barcelona frente al Bayern Múnich permanecerá como la más excepcional. En los pasillos del Camp Nou, camino a la salida, empezaban a mezclarse hinchas de ambos equipos, unos conformándose con la derrota y los otros celebrando su primer título desde 1976. Derrotado por el Aston Villa en 1982 y por el Oporto en 1987, al Bayern le bastaba con el gol de Mario Basler para lograr el trofeo. Ganaba 1-0 y había tenido ocasiones para ampliar la ventaja, estrellando incluso dos balones en el palo de Schmeichel. “A ver si al final lo vamos a lamentar” pronosticó en la tribuna de prensa un enviado alemán. Apenas nadie le atendió porque el United de Alex Ferguson parecía entregado a su derrota. Entró Sheringham por Blomqvist antes de que por los germanos se marchase más contento que unas pascuas Matthäus a los 81 minutos y Basler, el autor del gol, a los 89. Era el homenaje… en el momento menos indicado. Porque de la nada nació la remontada más épica. Se alargó el partido tres minutos y en el primero del alargue, tras la salida de un corner botado por Beckham, el balón llegó al borde del área para que lo disparase sin ton ni son Giggs… Y pusiera el pie Sheringham para despistar lo justo a Oliver Kahn. La explosión del graderío provocó una avalancha de hinchas, que habían empezado a desfilar en la salida y regresando a su localidad para entender qué pasaba. Para, probablemente, ver una prórroga en la que nadie había creído. Una prórroga que nunca llegó a disputarse. Porque si el fútbol ya había sido cruel para el Bayern, aún lo fue más al cabo de dos minutos, en el último suspiro, sin tiempo para más. Otra vez a la derecha de Kahn, en el corner Beckham, el balón que lanza David, lo toca con la cabeza Sheringham… Y aparece el pie de Solskjaer. La locura se apoderó en aquel momento del Camp Nou como en las ocasiones únicas. Un gol de Zuviría en 1978, otro de Quini en 1982, la cola de vaca de Romario en 1994, la cabalgada del bisonte Ronaldo en 1997… Hasta llegar a Solskjaer, el primer gol no barcelonista que hizo temblar los cimientos del Camp Nou aquella noche de 1999. Cuando Pierluigi Collina señaló el final del partido, la histeria de los ganadores, repartiendo sus cánticos por la grada y el césped hinchas y jugadores, se mezclo con el desespero de los derrotados. El lloro de Kuffour y la rabia de Matthäus es tan imposible de olvidar como las lágrimas de multitud de aficionados alucinados por aquella derrota impensable. NUNCA ESTUVIERON SOLOS A la épica del Manchester United le sucedió al cabo de seis años la del Liverpool, levantándose de manera imposible tras un 3-0 para acabar ganando en la tanda de penalties una Copa que el Milan ya había empezado a celebrar. Sucedió el 25 de mayo de 2005 en Estambul. Sin tiempo para enterarse, en el primer minuto, Paolo Maldini clavó el 1-0 y en cinco minutos brutales, 39 y 44, Hernán Crespo logró un doblete que se consideró ya insalvable. 3-0 al descanso y en las gradas del estadio Ataturk los hinchas del Milan celebraban su éxito como relamían sus heridas de derrotados los ingleses. Veinte años después de la tragedia de Heysel el Liverpool estaba siendo masacrado. “Les dije que dieran la cara por los aficionados, apelé a su profesionalidad y les señalé que si marcábamos pronto lo podíamos lograr” rememoró tiempo después Benítez recordando qué dijo a sus hombres en el descanso de aquella final imposible. Y los jugadores del Liverpool, desde Xabi Alonso y hasta Baros, pasando por Cissé, Luis García, Carragher y Gerrard, despertaron el ánimo de los suyos para convertir Estambul en un cielo rojo. En seis minutos igualó el Liverpool el 3-0. Gerrard, Smicer y Alonso hicieron el milagro. La historia, que siempre apoya al vencedor, olvidó, se dejó en un cajón, que el Milan, como el Bayern en 1999, tuvo hasta el último instante la victoria a su alcance. Dudek fue un gigante y la mística hizo el resto. La final se fue a los penalties y en ellos, tras los errores de Serginho y Pirlo, Shevchenko falló el definitivo para dar el título más impensable al Liverpool. “Nunca ha habido una final más llena de emoción y creo que nunca la habrá. En otro equipo, con otros aficionados, creo que no hubiera sido posible” afirmó el hoy entrenador del Real Madrid, quien pasó a convertirse en una leyenda reverenciada por todo el universo del Liverpool. Benítez y Ferguson. Xabi Alonso y Solskjaer. Hitzfeld y Ancelotti. Kahn y Dida… Historia y leyenda viva del fútbol. De, probablemente, las dos finales más épicas de la Champions League que nació en 1993 y que inauguró como campeón el Olympique de Marsella con el gol de Boli ante el Milan… que había ganado los diez partidos disputados en el torneo y fue a perder, precisamente, el último. Aunque esa sería ya otra historia…
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        • Jordi Blanco | Corresponsal
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        Posiciones ISR PL 2022-23

        EquipoJGEPDIFFPTS
        Maccabi Haifa362736+4281
        Hapoel Be'er362457+3674
        Maccabi Tel-Aviv3621105+4673
        Hapoel Jerusalem3612915-645
        Maccabi Netanya3612915-1445
        Moadon Sport Ashdod36111015-543